Los animales se comportan en situaciones límites de forma
extraordinaria ya sea quedándose quieto (paralizado) ante un camión, o lanzarse
agresivo ante lo que le amenaza o huir. En el ser humano parece suceder algo
parecido y las multinacionales y los países lo usan en beneficio propio.
Cuando acontece un suceso impactante, verdaderamente
impactante lo que antes vimos que se daba en el animal queda patente en el
hombre (a su manera). En el ejército se los militares se entrenan física y
mentalmente para hacer frente a estos Shocks, sin embargo, ¿qué sucede con los civiles?
Los civiles tienden a reaccionar: huyendo, quedándose
quietos, aceptando cualquier medida para salir del impacto psíquico que acaban
de recibir. Los países extranjeros y multinacionales aprovechan esta situación
para imponer sus leyes al país necesitado.
Para llevar a cabo este
gran impacto no dudan utilizar todo tipo de artimañas ya sea no permitir
el tránsito de productos mínimos (alimento, agua,…) o vendiendo aparatos hechos
para prevenir seísmos que casualmente se estropean justo antes de uno
catastrófico, etc. Esta es la realidad de la gente de fuera que no venga ningún
ambicioso a llevarse a través de un impacto psicológico sus recursos naturales,
a cambiar el régimen político del territorio o a imponer medidas económicas
asfixiantes con tal de llegar a su mayor imperativo: máximo beneficio a
cualquier precio.
Y sin embargo esto ¿quién lo percibe? Tan solo quien lo padece, ya que los medios
miran hacia otro lado ya voluntaria o por ayudas externas. Y ¿cómo se puede
ayudar a esta pobre gente? Quizás enviando a periodistas para que les digan: “¡oye
no te pongas nervioso! Que hay más formas de salir del atolladero”, aunque éstos
también están dentro de los que se benefician de las medidas impopulares (se
sobreentiende que los altos cargos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario