Langdon Winner

miércoles, 12 de junio de 2013

Acerca de la Teoría del Shock


Los animales se comportan en situaciones límites de forma extraordinaria ya sea quedándose quieto (paralizado) ante un camión, o lanzarse agresivo ante lo que le amenaza o huir. En el ser humano parece suceder algo parecido y las multinacionales y los países lo usan en beneficio propio.
Cuando acontece un suceso impactante, verdaderamente impactante lo que antes vimos que se daba en el animal queda patente en el hombre (a su manera). En el ejército se los militares se entrenan física y mentalmente para hacer frente a estos Shocks, sin embargo,  ¿qué sucede con los civiles?
Los civiles tienden a reaccionar: huyendo, quedándose quietos, aceptando cualquier medida para salir del impacto psíquico que acaban de recibir. Los países extranjeros y multinacionales aprovechan esta situación para imponer sus leyes al país necesitado.
Para llevar a cabo este  gran impacto no dudan utilizar todo tipo de artimañas ya sea no permitir el tránsito de productos mínimos (alimento, agua,…) o vendiendo aparatos hechos para prevenir seísmos que casualmente se estropean justo antes de uno catastrófico, etc. Esta es la realidad de la gente de fuera que no venga ningún ambicioso a llevarse a través de un impacto psicológico sus recursos naturales, a cambiar el régimen político del territorio o a imponer medidas económicas asfixiantes con tal de llegar a su mayor imperativo: máximo beneficio a cualquier precio.

Y sin embargo esto ¿quién lo percibe?  Tan solo quien lo padece, ya que los medios miran hacia otro lado ya voluntaria o por ayudas externas. Y ¿cómo se puede ayudar a esta pobre gente? Quizás enviando a periodistas para que les digan: “¡oye no te pongas nervioso! Que hay más formas de salir del atolladero”, aunque éstos también están dentro de los que se benefician de las medidas impopulares (se sobreentiende que los altos cargos).

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