Langdon Winner

domingo, 28 de abril de 2013

MANIPULACIÓN MEDIÁTICA Y “SHOCKS INVISIBLES”.


El célebre filósofo y lingüista Noam Chomsky es también conocido por su activismo político, especialmente en el ámbito estadounidense. Una de sus principales aportaciones consiste en el análisis de los medios de comunicación en tanto herramientas para lograr un control social. Chomsky propone diez eficaces estrategias para lograr este fin a través de los grandes medios de masas. Me parece interesante comparar algunas de ellas con ciertas ideas de Naomi Klein en “La doctrina del shock”.
La primera de ellas es la estrategia de la DISTRACCIÓN. Si inundamos los medios con información baladí, la ciudadanía vivirá al margen de los acontecimientos fundamentales que tienen lugar en su sociedad. Ejemplo: el telediario de la primera cadena estatal dedicó un cuarto de hora a hablar de fútbol y otro tanto a la elección del nuevo Papa. Sólo después dedicaron 2 o 3 minutos a hablar de los miles de estudiantes que se estaban manifestando ese mismo día en Madrid con motivo del panorama educativo.
Otra pasa por reforzar el sentimiento de AUTOCULPABILIDAD. Es muy sencillo explicar una crisis económica diciendo que “mucha gente ha vivido por encima de sus posibilidades”. Sin más. ¿Para qué tratar de explicar el fenómeno con mayor profundidad? A veces la explicación más sencilla no es la más inmediata o la más simple. Así todo, emitir la idea en una sola ocasión no bastará, por supuesto, pero ahí entra en juego la repetición. A base de decir siempre lo mismo, una y otra vez, uno empieza a asumirlo.
Introducir cambios de manera GRADUAL, poco a poco, es otro modo de hacer que la gente no perciba ciertas fenómenos a modo de shock. Si un día, de pronto, se comunicara: “La educación superior pública costará, a partir de ahora, lo mismo que la privada”, la noticia supondría una revolución inmediata, seguramente. Se puede conseguir el mismo resultado subiendo año tras año el precio de las matrículas. Esto provocará puntuales manifestaciones y revueltas, que (no sin descaro) podrán ser ignoradas.
Otras estrategias (fomentar la complacencia con la mediocridad, tratar a la gente como si no fueran capaces de abordar cuestiones desde una perspectiva crítica, conocer bien al receptor de la noticia…) son igualmente importantes, pero no me detendré en cada una.
El caso es que el modo en el que el capitalismo del desastre descrito por Naomi Klein se abre paso hoy en día no requiere ya de shocks violentos. ¡Lo ideal es, de hecho, que no se perciba ningún tipo de shock! Y, a nivel general, cualquier cambio brusco que se quiera llevar a cabo (sea en la dirección ideológica que sea), si bien es cierto que requiere una crisis – al menos, esa es la opinión de Milton Friedman – lo más eficaz es que tal crisis, pese a su buena dosis de realidad, no sea percibida.

Libre mercado, en mitad de la nada



Uno de los problemas más preocupante y menos señalado que el capitalismo de libre mercado en que vivimos ha traído es su tremenda habilidad para romper historias. Como señala Slavoj Zizek en En defensa de la intolerancia "continuamente nos vemos impelidos a tomar decisiones sobre cuestiones que incidirán fatalmente sobre nuestras vidas, y las tomamos sin disponer del conocimiento necesario". Frente a la aspiración de la "primera Ilustración" que buscaba una sociedad donde los individuos tomarán decisiones apoyadas en razones certeras gracias a un conocimiento de las cosas y sus relaciones, ahora nos topamos en una "segunda Ilustración", como la llama Ulrich Beck, donde nos vemos obligados a tomar decisiones sin tener un conocimiento completo en que basarlas. Por mucho que nos preocupemos en pensar el proyecto vital que queremos llevar a cabo, no podemos tener la más mínima idea de qué pasará en realidad, no tenemos posibilidad de saber qué giros radicales dará la maldita economía, cuál será la última ocurrencia del FMI para precarizar más aún a la mayoría, con qué bien básico empezarán a especular las pirañas. Y por supuesto aparece la culpabilidad, individuos angustiados porque no sabrán las consecuencias de sus acciones hasta que ya sea demasiado tarde. Es el ejemplo de quien viendo las enormes ganancias en el sector de la construcción empezó a estudiar arquitectura o obras públicas en España a principio de los 2000 y que ve que tras un esfuerzo económico e intelectual brutal sus sueños se desvanecen por culpa del estallido  de la burbuja inmobiliaria; por no hablar de quienes abandonaron los estudios secundarios para ir a trabajar de albañil cobrando 2000 euros al mes y que se hipotecó con un coche de gama media-alta. Sus sueños a la basura por la imposibilidad de calcular las consecuencias de sus acciones. 

Y no sólo es esta la capacidad para romper historias del marco socio-económico en que vivimos, este también rompe la historia de los objetos con que nos relacionamos. Y esta es una situación novedosa de nuestra época, hasta no hace mucho la mayoría de los objetos que se utilizaban tenían un origen bastante cercano al que iba a ser consumido o utilizado, y si bien no era cercano al menos sí que era una cadena bastante fácil de remontar. Ahora eso es imposible, ¿cómo saber que la camiseta que llevamos no fue fabricada en la fábrica que se ha derrumbado en Bangladesh? ¿o en la fábrica de enfrente donde sus trabajadores siguen siendo explotados? ¿En qué condiciones fueron producidas la verduras que hemos comido o de qué fábrica procede el filete de ternera? ¿Fue el libro que hemos leído impreso en aguas internacionales para no pagar impuestos? Es prácticamente imposible contestar a estas preguntas, vivimos en el mundo desregulado, tanto para la economía como para la mercancía, en el mundo de las subcontratas. Somos seres humanos incapaces de hilar el pasado y de imaginar el futuro, no tenemos a qué agarrarnos, pero mientras tanto el buen aspecto y buen olor del centro comercial nos regala la impunidad moral cuando pasamos la tarjeta de crédito. Estamos perdidos.


Pedro Pinilla Plaza

viernes, 26 de abril de 2013

TEORÍA DE LAS PUERTAS GIRATORIAS.


La teoría de las puertas giratorias, un tema candente y de plena actualidad, trata de explicar situaciones controvertidas entre políticos y empresas privadas. Los casos de confabulación de este tipo pueden ser explicados del siguiente modo:

1. En primer lugar los políticos hacen uso del dinero público. Lo invierten en la realización de proyectos supuestamente beneficiosos para todos, aunque en ocasiones tales proyectos sean un fracaso. Se exceden y piden dinero prestado a los bancos, con lo cual el Estado contrae una deuda.
2. En algunas ocasiones esos proyectos se sobrevaloran, de modo que el dinero de los impuestos de los ciudadanos y de los préstamos recibidos va a parar a empresas privadas (constructoras, por ejemplo). Esta sobrevaloración es, obviamente, ilegal. Descubrir tramas de corrupción es un primer paso a la hora de hacer justicia en estos casos. No siempre es suficiente, porque las leyes que regulan tales situaciones las establecen, entre otras, las personas que luego cometen el delito (de modo que puede “salir rentable” cumplir la pena).
3.  Por otro lado, hay que devolverle “el favor” a los bancos. Se legisla entonces a favor del interés de los mismos, (o de multinacionales, grandes constructoras, etc.). Las deudas que se acumulan de este modo provocan un estado de insolvencia en el país.
4. Ante esta situación, los organismos económicos internacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Central Europeo, organizan rescates al país en cuestión. Quizá se intente desplazar la responsabilidad hacia el ciudadano, a través de la idea de que ha vivido por encima de sus posibilidades al aceptar créditos, hipotecas, etc. que quedaban fuera de su alcance.
5. Se impondrán recortes destinados a remediar la situación. El rescate tiene un precio, que pasa por adoptar más medidas (privatización, desregulación, etc.) en favor de los bancos que nos rescataron.
6. Finalmente, esos mismos políticos corruptos se incorporan después de su mandato a las instituciones privadas en favor de las que han legislado, forzando o incumpliendo el artículo 12 de la legislación vigente, que regula las situaciones de incompatibilidad entre cargos públicos y empresa privada.

En este punto, cabe introducir el siguiente matiz. No creo que este sea el caso de la mayoría de cargos públicos. Tampoco creo que sea necesario imponer la incompatibilidad total entre un cargo público y otro privado. La línea de actuación que me parece más adecuada pasaría por:
a)       La creación de un organismo que garantizase absoluta transparencia en todas las operaciones gubernamentales. Esto es, abogar por la transparencia como un derecho del ciudadano, un derecho epistemológico inalienable. Si todo el mundo sabe qué se hace con los bienes de la comunidad, no habrá posibilidad de que esos bienes desaparezcan absorbidos por un interés privado.
b)       Convendría desarrollar recursos de participación ciudadana efectiva y constante. ¿Creen ustedes que debemos gastar x dinero en construir aquí un aeropuerto? ¿Qué opinan de este presupuesto, o de este otro? ¿Deberíamos endeudarnos para lograr tal objetivo? ¿Qué alternativas hay a tal o cual situación? El ciudadano medio puede aportar más que su voto cada cuatro años, en cuanto a la actividad política se refiere. Sólo hay que darle la oportunidad.

Gabriel Sánchez Maestro, de Filosofía Política II, grupo 3.

FILOSOFÍA POLÍTICA Y ECONOMÍA GLOBALIZADA.


Al tiempo que escribo, tengo presente la siguiente idea: vivimos en un mundo en el que los ámbitos de la política, la economía y la técnica se encuentran estrechamente unidos, y esto es algo que hay que tener siempre en cuenta.
Una noción que nos puede guiar aquí es la de GLOBALIZACIÓN. Se explica, en un determinado momento, cómo una persona que compra una casa, hipotecándose, no se compromete simplemente con un acreedor local, sino con inversores de todo el mundo. La existencia de una “Securitization Food Chain” permite que, lo que en principio habría de ser un compromiso concreto y localizado, resulte ser un compromiso abstracto y deslocalizado.
¿Cómo es posible esto, y qué ventajas supone? Es posible gracias a un complejo entramado económico posibilitado por instrumentos de gestión de información muy veloces. Si no existieran mercados globales, todo esto no sería posible. Si toda la información que fluye a través de ellos no pudiera ser gestionada rápidamente, no tendrían sentido. En resumen: la técnica permite la existencia de sistemas que posibilitan la existencia de mercados globales, y las economías mundiales tienden a adaptarse a ellos. La pregunta por las ventajas que esto supone es interesante. El sentido común nos lleva a pensar que un sistema más veloz, en el cual participa un mayor número de personas de todo el mundo, tiende a ser más seguro y racional, ¡incluso más participativo! No es necesariamente así. Los mercados luchan para sacar adelante leyes y mecanismos que favorezcan su libre actuación, cosa que no  nos garantiza, al menos directamente, nada.
Puede darse entonces la siguiente situación: un inversor en Wall Street apuesta por ciertos valores en el mercado global. No se sabe muy bien en qué sentido o medida, pero existe una relación entre sus decisiones y la persona que compró la casa al principio, o aquella otra que va a comprar arroz a un mercado en China. Si el mercado global gira en una determinada dirección, ocurren unas cosas. Si gira en otro sentido, pueden ocurrir otras. Puede arruinarse la empresa para la cual trabaja aquel que se compró la casa; puede subir el precio del arroz en China… o quizá no. No es algo que dependa, seguramente, de quien compró la casa o el arroz.
La cuestión es que los nexos que unen a las personas de todo el mundo en un sistema económico globalizado son débiles, abstractos, confusos, imprecisos. En todo caso, no animan a la contracción de responsabilidades entre unas personas y otras. Sin embargo, ese mismo sistema económico globalizado puede acabar repercutiendo seriamente en la vida de unos y otros, pero la responsabilidad de las acciones que llevan a situaciones indeseables a nivel global queda diluida, se pierde en este nuevo marco de actuación y relación global.
La tarea de la filosofía política hoy (y de modo urgente) consiste en abordar con seriedad todas estas cuestiones, o si no quedará obsoleta. ¿Dónde está el equilibrio entre regulación y libre actuación de los mercados globales, entre la libertad y la seguridad, en última instancia? ¿Cuál es la naturaleza de las relaciones interpersonales a través de sistemas globalizados? ¿Está preparado el ciudadano de a pie para comprender las implicaciones de este nuevo modo global de relación, o acaso el economista parte de una situación ventajosa cuestión de la igualdad)? ¿Qué es y dónde reside la responsabilidad en un sistema tal? ¿Conviene promover iniciativas de gestión económica al margen del sistema global, o acaso éstas han quedado definitivamente obsoletas (no lo creo, personalmente)?

Gabriel Sánchez Maestro, de Filosofía Política II, grupo 3.

Relación entre Vida, Poder y Tecnología

El poder esta intrínsecamente relacionado con la vida como característica esencial de todos los seres vivos naturales. Dicha característica puede estar ligada al principio de conservación de la especie.
Es en la naturaleza donde vemos claramente la lucha por el poder, ser el macho dominante, es decir, el más fuerte, con el fin de poder aparearse con la hembra, vemos que solo sobreviven los más fuertes y alomejor este poder puede ser traducido a un egoísmo en su estado más básico, la naturaleza como lugar de cazadores y cazados, donde si no eres egoísta, no consigues sobrevivir, podemos poner el ejemplo de la leona, que caza para la supervivencia de sus crías, no puede dejar que le roben el alimento ni que otro animal que no sean sus crías coma, aunque la vida del otro animal dependiese de un solo bocado; si no es fuerte la leona, lo más seguro es que pierda el alimento y sus crías mueran o en su defecto, si es débil, no podrá defender a estas de los depredadores.
De tal modo que vemos como el poder en este terreno esta relacionado y es inseparable de la fuerza y el egoísmo.
El ser humano, pese a ser un ser natural, debido al uso de la técnica y el lenguaje, este poder básica y esencial del que hemos hablado, pasa a un segundo plano y solo se manifiesta en situaciones extremas, sin embargo el hombre tiene una voluntad y una necesidad de poder, pero algo distorsionado con respecto a ese poder natural primario, no una concepción de la voluntad vista desde un punto de vista Nietzcheano, sino más visto desde una perspectiva Schopenhueriana, donde la voluntad que se encuentra en todos los estratos de la naturaleza alcanza su máximo esplendor en el hombre, voluntad como deseo consciente, voluntad como impulso que no necesita de ningún motivo ni fundamento. Pero en cualquier caso, vemos como lo expuesto por Nietzche, el principio de conservación y crecimiento en el hombre, este es una máquina de generarse necesidades y cuando consigue saciar su pulsión vuelve a generar automáticamente una nueva necesidad. Este tener más no tiene porque ser el acumular más y más bienes materiales, pero sí hay que recalcar el gusto del ser humano por la comodidad y esta se ha alcanzado gracias a bienes materiales.
Se habla y se cree que los más poderosos son los que más dinero tienen y estos a su vez son objeto de envidia por parte del resto, pero el dinero, es solo un medio y no un fin con el cual alcanzar el poder, esto es algo que se confunde muy a menudo, o alomejor será que vivimos sumido en un sistema el cual tanto él como los que lo integran no tienen ojos para nada que no sea dinero, pero retomando lo que iba diciendo, se puede tener la fortuna de tener el dinero como ese medio para alcanzar el poder, pero no las cualidades necesarias para alcanzar el poder y por ello nunca llegarán a su fin. En este sentido, si nos vamos al mundo animal, tenemos el claro ejemplo, si un animal cualquiera no tiene las cualidades necesarias lo más probable es que muera y sino que forme parte del rebaño.
El cristianismo ha sido un ejemplo claro de como una institución adquirió muchísimo poder e influencia sin necesidad de bienes materiales, simplemente se ganó al populacho con los ideales que predicaba. Con la fundación de la iglesia, la cuál dominaba al pueblo, se sirvieron los grandes señores para aumentar su control y dominio sobre la población y se tomaron medidas gravísimas con el fin de conservar dicho control, un ejemplo claro sería la inquisición. Voy a citar unas frases de algunos autores que contrastan lo que intento expresar, "la religión es considerada por la gente común como verdadera, por los sabios como falsa y por los gobernantes como útil" Seneca. "Si Dios no existiera, habría que crearlo" Voltaire. La religión es el opio del pueblo" Karl Marx.
Viendo esto, podemos pensar que en nosotros, seres racionales, el poder puede estar muy relacionado con la verdad, ya que la voluntad de un individuo reside en que todo el mundo crea como verídica una verdad que afirmo. La iglesia estaba y esta muy interesada en que lo que propagaban como verdad sea una verdad universal, esto lo consigue la voluntad más fuerte, eliminaron las fuentes y los medios de las demás verdades mediante la inquisición y la propagación de sus valores mediante la educación, o mejor dicho, mediante el analfabetismo. De este modo, ese poder se hizo efectivo y todavía sigue conservandose aunque en una escala mucho menor, pero esto ha servido para que veamos como poder aparece en nuestro mundo como algo muy relacionado con el control de la verdad.
Como bien hemos visto, la iglesia ha sido una institución que ha servido para tener controlada y dominada a la población.
Con el avance de la ciencia y la tecnología se ha demostrado la falsedad de buena parte de los principios cristianos, perdiendo estos popularidad y ganando desconfianza, de tal modo que hemos alcanzado una época sumida en el Nihilismo absoluto, una sociedad que ya no tiene aspiraciones ni fines, solo se basa en la conservación de la especie. Debido a la tecnología y la ciencia, se han descubierto nuevas formas de control del pueblo y nuevas medidas de propagación de la verdad sustituyendo a la decadente institución eclesiástica.
Gracias a los avances tecnológicos se ha consegido que el mundo esté globalizado, una herramienta muy importante que ha contribuido a ello son las redes sociales e Internet, ya que gracias a dichas redes se puede estar al día de lo que esta pasando en otros lugares del mundo sin necesidad de creerte las verdades de los medios de comunicación; por otro lado, esta herramienta, que su buen uso puede dar un gran poder a las personas, poder de concentración y difusión de información, pero como bien digo, con su buen uso, ya que también esta herramienta también es un medio extraordinario de control sobre las personas al servicio de los Estados y las grandes empresas, con un simple "click" pueden saber todas las facetas de tú vida y de los que te rodean, por la dirección IP saber donde te encuentras en cada momento y yo me pregunto con cierta ironía ¿Para qué servirá el chip del DNI?
Todos estos avances que a su vez abstraen a buena parte de los individuos de la realidad y que sirven como medios para controlarlos sin que se den cuenta, esto unido al miedo de una crisis, guerra, catástrofe o cualquier otro acontecimiento, hace que se pueda ejercer el dominio absoluto sobre las clases populares, empeorando su calidad de vida y reduciendo sus derechos, de tal modo que de esta forma aumenta el poder a casi absoluto para aquellos que lo poseen.

Adrián Aceituno García

jueves, 25 de abril de 2013


Comentario sobre Inside Job


Es dificil impugnar que el capitalismo, como sistema economico, historicamente (es decir, en los siglos XIV y XX) ha generado un aumento en la riqueza y bienestar para mucha gente, en todo el mundo. Pero la creencia ciega en el mercado completamente libre, es cosa differente. Ésta creencia, lo que llamamos el Neoliberalismo, surgió en la década 1980s, instalado politico-economicamente por Reagan en EE.UU. y por Thatcher en Gran Bretania, y basado en la escuela de Chicago, encabezado por Hayek y Friedman. Es la creencia que el mercado, sin ningún regulación por parte de instituciones políticas, será autorregulador y asegurará lo maximo prosperidad posible, para toda la sociedad.
Como ilustrado en Inside Job, eso no es el caso – los grandes bancos, compañías de seguros y otras empresas multinacionales, ni son autorreguladores ni aseguran una prosperidad para la comunidad; al contrario, solamente para si mismo.

Cuando los directores generales de los bancos pueden especular y agiotar en las fortunas de sus clientes individuos sin riesgo, y tambien pueden engañar, concientemente, a los clientes con el objetivo que ganar más dinero por la compañía y por si mismo, sin intervención politicamente y con inmunidad juridicamente, estámos en una situación gravísimo. En primer lugar, economicamente, por que cuando los bancos quebran, no son los bancos quien pagan la deuda sino la gente común, con efectos graves a la sociedad: paro, ventas judiciales en subasta públicas etc.. En segundo lugar, y quisáz mas grave, nuestra situación política. Como ya hemos visto en Inside Job, hay demasiado buenos relaciónes entre los politicos y los directores generales de las empresas, en el sentido que les solamente trabajan por si mismos interesas. En el mercado libre, incentivos para ganar más dinero tiene un papel demasiado grande – los dominan el sistema político-económico.

Podemos preguntar a nuestros mismos, si una sociedad puede ser demasiado grande para, efectivamente y sin corrupción, regular a las empresas – en mi opinion, ya es evidente que las empresas puede serlo, y ellas que son, ya tienen demasiado mucho poder. La cuestión es si nuestro burocracia, hoy en dia, ha crecido demasiado grande para nosotros que controlarlo y usarlo efectivamente, para combatir los problemas que surgen, cuando sociedades crecen. En mi opinion, ya es evidente que las empresas ha crecido demasiado grande y poderoso para controlarlas mediante el político – por que, en el fondo, las empresas tienen lo que los políticos quieren; el dinero.

- Nicolai Narvestad

miércoles, 24 de abril de 2013


Comentario sobre Tekné y Politeia de Winner

Muchos escritores habian creido, que la revolución de los ordenadores eliminarían muchos de los inigualdades sociales y economicos – es decir, que los privilegios, que antes habian reservado a una cierta clase de la sociedad, desaparecían, o, mejor, que toda la sociedad los obtenerían – por que junto con “la edad del ordenador”, llegan nuevas formas de interactuar. Información, educación, nuevos lazos entre la gente a través fronteras, tanto geograficamente como politicamente, etc., todo ayudaría a crear un mundo nuevo; un mundo de las maquinas tecnológicas, donde los hombres será mas igual, mas libre, donde cada individuo tendrá un acceso igual para adquirir la misma información y derechos como todos los demás. Según esta teoría, y ellos que tienen fe en el ordenador como un instrumento revolucionario, el ordenador alterará las relaciones de poder y el control social – será un gran liberador.  
Ésta creencia en las posibilidades de la edad tecnológica, de proporciones casi religiosas, es lo que Winner llama “mitoinformación”. Según Winner, los que se benefician son, mas que la gente común, las empresas multinacionales, las agencias de inteligencia y los sectores militares, por que ellos están listo para explotar la eficacia, la productividad y el control que hacen las maquinas. Es su afirmación, que ha sido un aumento de poder para ellos pocos quien ya habian mas poderoso. Las predicciones a los efectos soiales para la edad de los ordenadores ha sido incorrecta – pero este tampoco es noticias – como decía tanto Marx como Popper, el desarrollo tecnológico y los cambios sociales, muy raro producen los efectos que creemos; y si sí, tambien producen efectos secundarios cuales no siempre podemos controlar.  
       Además, en primer lugar, no podemos concluir que solamente por que el acceso a la información es mas fácil, somos mas ilustrados. No hemos ganado mucho, a un nivel democrático, solamente por que yo, hoy en dia, puedo leer este o este otro libro en el internet desde mi casa, y antes tenia que ir a la biblioteca para leerlo; tampoco voy a ser un bueno guitarrista solo por que tengo una guitarra; hay que tocarla tambien. Entonces no podemos decir que, por ejemplo, el interés y la participación ciudadana en las actividades políticas y democráticas son mas altos que antes, tampoco como no se puede decir que somos mas ilustrados generalmente, solamente por que hay una mas amplia accesibilidad a la información.    

Para la gente común, el ordenador no es un liberador (¿quisaz el contrario?) sino solamente una maquina practica, que, verdad, hace muchas cosas mas fácil, pero ya está.
La creencia en el ordenador como la verdadera liberación para los seres humanos tiene que ver con la idea que la libertad viene en la forma de mas goces materiales. Pero si creemos que esto no es el caso, no debemos creer que ni el ordenador, ni la edad tecnológica, van a liberarnos.

- Nicolai Narvestad

Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda


Racionalidad tecnológica. Es una forma de acercamiento a la realidad que ha calado en lo profundo de nuestra sociedad. Es indiscutible la creciente presencia de la tecnología en  nuestras vidas. Si un día olvidamos coger el móvil al salir de casa, ese día será completamente diferente. Nos bloqueamos, no sabemos qué hacer en muchos momentos, nos aburrimos… Y esto sólo con el móvil, no digamos ya si lo aplicamos a todos los dispositivos electrónicos que usamos cada día. La racionalidad tecnológica es pragmática: busca aquellos medios y/o herramientas que nos permitan manipular la realidad y controlarla a nuestro antojo. Pero, como señala el profesor Ramón Queraltó, lo hace de una manera particular: busca, primordialmente,  «una eficacia operativa y la constatación inmediata de la misma». Y esta es, básicamente, la línea del capitalismo. Producir mucho y rápido. Lo que no entre dentro de esta dinámica, lo que no sea "útil", no tiene lugar.
El problema reside en que, sin darnos cuenta, esta forma de acercarse a la realidad se nos cuela a menudo en todos los ámbitos de la realidad. Cuando le digo a alguien que estudio filosofía, en la mayoría de los casos la primera reacción del oyente no es «¿por qué estudias eso?» o «¿qué es eso, en qué consiste?», sino más bien: «¿para qué estudias eso?» o «¿para qué es eso?». La primera medida es siempre la utilidad. Y cada vez medimos más las cosas así. En una sociedad más capitalista como puede serlo USA, es más evidente todavía. Al final el valor que uno tenga reside en lo que consiga hacer en su vida. Eso es lo que importa. Crea toda una imagen exterior de sí mismo para conseguir resultados y para ser visto como alguien "útil", alguien que ha conseguido "grandes cosas", "méritos". Y luego en sus pequeños apartamentos privados, cuando nadie los ve, sacan lo que son de verdad, lo que desean, lo que les gusta de verdad. Es un dualismo que cada vez se expande más en nuestra sociedad.
No se puede supeditar todo a la eficacia, entendida a la manera de la racionalidad tecnológica. Sin embargo, el profesor Queraltó señala que la manera de introducir la ética en este dinamismo es «justificar la ética porque es eficaz para lo social tecnológico y global, constituyendo un elemento más para alcanzar sus fines». Al final se dará (y se da de hecho) lo que vemos en tantas empresas: hacen ver que son "éticamente correctos" (mediante campañas de publicidad a favor del medio ambiente, de un trato respetuoso con los trabajadores, de seguir lo que manda el cliente…), y por el otro lado, asegurándose de que no se sepa, hacen lo contrario. Al final lo que introduce esta ética es la famosa frase de la sabia tradición, «que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda». Pero, por supuesto, que la gente vea lo que hace la derecha.

El libre mercado y la ilusión de la invulnerabilidad


Cuando damos entrada al libre mercado, y lo dejamos a su libre albedrío, como si la mano invisible de Adam Smith fuese realmente efectiva, podemos apreciar que las empresas privadas y las personas adineradas, comienzan a ganar ingentes sumas de dinero. En cada una de las crisis anteriores, se fue desregularizando cada vez más el mercado, entregándole un mayor poder. Esto se hacía mediante la instauración de leyes laxas, o la retirada de leyes que pudieran ponerle algún freno, así hasta la crisis actual. Al comienzo de la crisis, todos los gobiernos coincidían, en que debían inyectar dinero público a los bancos, para que el crédito siguiera fluyendo y la maquinaria del mercado siguiera funcionando, además de que también se han instaurado leyes como la de la reforma laboral, que de una forma clara y aplastante va en beneficio de las empresas, frente a los trabajadores.
¿Qué nos ha llevado a tener una crisis global? Lo que nos ha llevado a la situación actual, es fácilmente explicable a través de la economía, pero de esto ya se encarga a la perfección el documental inside job. La explicación que subyace a la propia explicación económica, es la de la ilusión de la invulnerabilidad y la mentalidad de grupo.
Las grandes compañías como Lehman Brothers o Goldman sachs, se caracterizaban por tener un pensamiento único dentro de ellas, es decir, todos en la empresa eran portadores de una mentalidad de grupo, y los que razonaban en contra de este pensamiento único se veían obligados a dimitir o eran expulsados. Esto es porque cuando esta instaurado un pensamiento común y único, es fácil ver deslealtad y traición dentro del propio grupo en aquellos que no acaten fielmente lo establecido por el líder del grupo (directivos de las empresas). Cuando el pensamiento de grupo está instaurado, en muchos casos las medidas que tienen que tomar las personas insertas en el grupo es la de autocensurarse, por miedo al rechazo del grupo lo que nos lleva directamente a la perdida de juicio crítico de los pertenecientes al grupo, dedicándose únicamente ya a acatar lo que se les dice desde la dirección del grupo. Lo que a su vez genera que la cohesión completa del grupo les lleve a generar una ilusión de invulnerabilidad, que explica perfectamente la forma que han tenido de actuar los bancos.

Adrián Balaguer Calderón

Bibliografía:

Mentalidad de grupo: el poder de la información - Felicísimo Valbuena
Inside job

martes, 23 de abril de 2013

¿Qué leer?



Inside Job, La Doctrina del Shock o La Corporación son tres documentos indispensable para entender un poco el entramado económico que nos rodea, son quizás los más famosos (Inside Job ganó el Oscar al Mejor Documental en 2011, La Doctrina del Shock es un bestseller internacional con millones de copias vendidas y La Corporación está producido por el Canal Historia y además tiene miles de reproducciones en Youtube) dentro del boom de libros y documentales que intentan explicar algo de la crisis en la que nos hayamos sumidos; es raro el columnista de economía de cualquier periódico que no haya estado firmando su libro en el día del libro. Gracias a ellos y a algunos pocos periódicos (online en su mayoría) podemos saber mucho de las desgracias que nos rodean y que nos esperan. Además, al menos en España estamos sumidos en un "shock" informativo y participativo, hay mil frentes donde luchar: tenemos mareas verdes, mareas blancas, escraches, asambleas de barrio, lamarea.com, eldiario.es, la revista Alternativas Económicas, Mongolia, Twitter... hasta invitan a políticos a las tertulias de los programas rosa-amarillos en prime-time. Si quisiésemos podríamos pasarnos cada día leyendo las noticias de economía y los comentarios sobre ellas; y al día siguiente todo habrá cambiado un poquito y tendremos que actualizarnos. Es decir, al tan comentado "boom" informativo propio de la sociedad en que vivimos se le ha sumado el "shock" económico que nos están imponiendo -al menos en Europa- los archiconocidos FMI, BM, BCE, los gobiernos de turno de cada país o "Merkel".

Sin embargo ahora vienen los problemas. El primero es el que denuncia Julio Anguita en sus ponencias en el Frente Cívico, a saber: la gran mayoría de las personas no se involucran, incluso con la gran cantidad de información y la gran cantidad de precariedad muchísima gente hace oídos sordos. Y como dice Anguita, para que haya un cambio de verdad debe ser una inmensa mayoría la que se levante en contra de lo que la subyuga, y en este momento son muy pocos los que verdaderamente "se mueven".

Pero ahora llega el problema grave según creo; hay un "boom" de información y recortes que interpretar pero muy pocas personas tienen la cultura filosófica y política para encajar esas noticias en un marco teórico. Con La Doctrina del Shock sabremos las terribles consecuencias que han tenido unas medidas políticas pero lo más "elevado" que leeremos será "vuelta al laissez faire". Con Inside Job veremos la terrible codicia de los altos banqueros pero solamente con la conclusión que se puede sacar -regularización- quizás no tengamos la sociedad que nos gustaría. No estoy diciendo que esos libros sean innecesarios o banales, muy al contrario, pero sólo le podremos sacar provecho si tenemos un background fuerte. Necesitamos conocer la historia del neoliberalismo, las diferentes concepciones de sociedad civil y de la gubernamentalidad, la relación entre política y patriarcado... pues si no cualquier crítica que hagamos no diferirá mucho de una tertulia futbolera de bar. Sé que está muy manido la crítica al romanticismo de la educación pero es una obviedad que somos tremendamente incultos, tanto que la mayoría de personas no sabe resolver una ecuación de segundo grado cuando había gente en Babilonia que lo sabía, hace casi 4000 años... tanto que la mayoría no sabe qué es la derecha ni la izquierda política. Más vale que empecemos a estudiar a fondo.

PD: Antes de pinchar en los enlaces de los primeros párrafos casi que mejor empezar por estos por ejemplo:

La condición humana de Hannah Arendt
El manifiesto comunista de Karl Marx y Friedrich Engles
Camino de servidumbre de Friedrich Hayek
Calibán y la bruja de Silvia Federici

Pedro Pinilla Plaza


LANGDON WINNER. “TÉKHNÉ Y POLITÉIA” (3).


LA PREGUNTA. ¿Bajo qué condiciones estaríamos dispuestos a aceptar que algunos aspectos de la técnica han de ser regulados, eliminados, o al menos evaluados periódicamente? Claramente, hemos de superar el estadio de fe en el orden político-técnico vigente y situarnos en una posición desde la cual seamos capaces de enjuiciar el modo en que los sucesivos órdenes sociotécnicos resuelven las cuestiones tradicionalmente asignadas a la filosofía política. Sólo así estaremos en condiciones de responder a la pregunta formulada arriba de forma medianamente satisfactoria.

UNA RESPUESTA PARTICULAR. Podríamos responder, por supuesto, algo así como que sólo nos interesa “ser ricos a la vez que evitamos el riesgo de cáncer”. Pero, sin disponer de un argumento último capaz de invalidar esta posición, me pregunto si se fundamenta, como propone Winner, en “la responsabilidad de una sabia acción política”, en un conocimiento sólido de las instituciones políticas, o en una cierta sensibilidad a las causas humanas. Más bien parece ignorar todo esto, asentándose en un radical egoísmo. Esto es perfectamente respetable, pero no encaja como solución política en tanto que actividad de las personas que gobiernan o aspiran a regir los asuntos públicos. Es, más bien, una respuesta particular, en tanto que propia y privativa de una sola persona.

UNA RESPUESTA POLÍTICA. La pregunta inicial deriva, finalmente, en esta otra de carácter más general: “¿Qué clase de sociedad queremos construir?” En este punto, podemos quedar varados en la espiral de la productividad, la eficiencia, el progreso económico, inmersos en un discurso que versa en realidad sobre la eficacia técnica, o podemos saltar y situarnos en la esfera del auténtico comportamiento político, cuya esencia para por la búsqueda del bien común, la justicia, el diálogo, los derechos, el poder y su distribución…

LA CONCIENCIA. Todo lo anterior queda subordinado en última instancia, a mi entender, a lo que llamo habitualmente cuestión de la conciencia. Cierto es que “en nuestra época, la tékhné finalmente se ha convertido en politéia”, como nos muestra el autor. Pero ello no elimina la posibilidad de:
a)       Hacer acopio de los auténticos elementos que constituyen la esencia del comportamiento político.
b)       Dar un salto de conciencia hacia el exterior del sistema en que estamos inmersos, para adquirir la perspectiva suficiente (sin olvidar sacar con nosotros las herramientas políticas, y teniendo en cuenta que este salto no es un salto mortal o prohibido, sino una de las más puras formas en que la inteligencia del ser humano se manifiesta).
c)       Reconducir, como si de un río se tratase, la orientación del orden social y político humano, en base a la sabiduría que nos proporcionan esas herramientas y nuestra propia inteligencia. Por ejemplo, podríamos demandar que “el conocimiento técnico especializado y la ciudadanía democrática se encontraran cara a cara regularmente”.
El autor hace referencia a estos puntos, creo, cuando nos dice que “debemos tratar de imaginar y procurar construir regímenes técnicos que sean compatibles con la libertad, la justicia social y otros fines políticos clave”. Concluyo ya, no sin poner de relieve una vez más una de las ideas clave del capítulo: si bien lo anterior puede representar una respuesta aceptable, coincido en que no lo es el mostrar una fe ciega en que el sistema sociotécnico venidero proveerá la solución a todos los males del sistema vigente.

lunes, 22 de abril de 2013

LANGDON WINNER. “TÉKHNÉ Y POLITÉIA” (2).


Hasta aquí mi somera revisión de los tres momentos iniciales, que llamaron poderosamente mi atención. Una reflexión ulterior corresponderá quizá a una persona más cualificada en temas de antropología y ética. Dediquemos ahora unas líneas a resumir en qué consiste este orden socio-técnico que hemos mencionado.
- CENTRALIZACIÓN. En primer lugar la constitución implícita de dicho orden, tal y como se está desplegando de hecho hoy, pasa por una “extraordinaria centralización del control social en las grandes sociedades anónimas, las burocracias y las fuerzas armadas”. Las tecnologías permiten que esto sea posible, pues agilizan notablemente los transportes y las comunicaciones.
- GIGANTISMO. Este orden se articula en asociaciones humanas más grandes, organizadas y eficientes.
- JERARQUIZACIÓN. La libertad y la democracia no aparecerán por generación espontánea. Contrariamente a lo que tradicionalmente se ha venido esperando de la tecnología, esto es, que facilite, multiplique y de a luz a nuevas formas de participación y colaboración ciudadana, lo que ha ocurrido es que ha dado lugar a sus propias formas de autoridad jerárquica. Hay que aplicar esfuerzo y saber bien lo que se quiere y cómo se quiere para producir un orden sociotécnico más participativo. Cabe decir que tal idea no es una ilusión utópica, es factible (pensemos en la actual constitución islandesa y cómo nació).
- DESPLAZAMIENTO. En la naturaleza, el depredador más apto, fuerte, grande, etc. intimida al resto de interesados en un bien determinado (una pieza de carne, por ejemplo). Lo hace con su sola presencia, sin necesidad de luchar. Así, el león mantiene una relación natural de desplazamiento para con las hienas, por ejemplo. El orden sociotécnico actúa del mismo modo. Tiende “a desplazar y eliminar otras variantes de la actividad humana”. La racionalidad propia del orden sociotécnico devora la mayor parte de la carne (de la ciudadanía) y se retira. Los modos de racionalidad alternativos (autogestión, procomún, etc.) esperan su turno y actúan (si puede y surge la ocasión) a muy pequeña escala.
- CONTROL ACTIVO. Un importante matiz respecto al punto anterior sería el siguiente: hay que hacer notar que “las grandes organizaciones sociotécnicas ejercen poder para controlar las influencias sociales y políticas”, cuando el sentido común dicta que el poder habría de ejercerse en sentido inverso. Es decir, este modo de organización no se sostendría si no pusiera su empeño en ello. Lucha constantemente por su puesto. Su posición de “depredador dominante” quizá no sea tan natural como di a entender antes…

Estos son algunos de los artículos principales de la constitución sociotécnica en la que vivimos. Hemos realizado, hasta aquí, una tarea histórica (cómo hemos llegado a este punto) y analítico-descriptiva (cual es la situación presente). Pero Langdon Winner nos guiará también en la tarea filosófica, que comienza  propiamente aquí y consiste en valorar, enjuiciar y ofrecer posibles alternativas la situación dada de facto.

Gabriel Sánchez Maestro, de Filosofía Política II, grupo 3.

viernes, 19 de abril de 2013

UN EJEMPLO DE MICRO-FÍSICA DE PODER: EL TRANSPORTE PÚBLICO


El poder, es un término muy conocido por la mayoría, tanto para las elites, como los más desfavorecidos. Un término que encierra grandes enigmas. Término que para unos trae violencia y destrucción, sin embargo, para otros pocos, ha sido visto como algo natural, como algo que constituye en el propio ser del hombre, el poder no es algo que oprime, más bien el poder es productivo, así lo defiende Michael Foucault, según él, el poder no se encuentra ni en la soberanía ni en instituciones políticas, sino en un conjunto de prácticas que a simple vista no se ven (Asistir a un concierto, el cantante en la tarima cantando y los demás escuchan). Prácticas que a día de hoy las vemos como si hubiese nacido de la mano del hombre, lo vemos como algo tan normal que nadie se cuestiona quién le puso nombre y para qué fue inventada. En esto es en lo que quiero centrar mi sospecha, en destejer ese tejido de araña donde se encuentra esa micro-física del poder de la que habla Foucault.

De esta manera, empezaré mi sospecha por la forma en que están construidas las autopistas, autovías, carreteras, etc. Estos tipos de vías fueron creadas para permitir a las personas viajar de un barrio a otro barrio, de un pueblo a otro pueblo, de una ciudad a otra ciudad, de un país a otro país. Sin embargo, nadie pensó los grandes problemas que conllevaría al crearse estos tipos de vías. Un primer problema que a mi juicio veo, es que en esos tipos de vías el medio de transporte es un vehículo, pero no cualquier vehículo, sino un vehículo de cuatro ruedas, entonces, si quiero ir de un barrio a otro, ¿en qué transporte vas? Uno primero diría en un coche, claro pero si no tienes suficiente poder adquisitivo (dinero) como para permitirte el lujo de ir a otro lugar en coche, y no digo ya que para poder ir en coche tienes que antes tener un carnet de conducir; te queda entonces el transporte público. Pero ya con esto, se te está limitando el poder viajar libremente a otro lugar cuando a uno le apetezca. Siguiendo con el drama, la siguiente opción es el transporte público, ese transporte dónde vas a otro lugar junto con otras personas como tú, donde tienes que esperar que venga el tren en poco tiempo (tres a ocho minutos) para llegar a tu destino. Bueno, quiero llegar mi sospecha, que el transporte público también te limita a viajar. Pues tienes que tener un pasaje un viaje, de diez viajes o un bono del mes para poder viajar, y ya ahí, te están diciendo otra vez que si no tienes dinero no puedes viajar. Entonces, uno diría, pues si no tengo para pagarme el pasaje, ¡voy en bicicleta! Aunque, antes de ir en bicicleta, tienes que tener una. Una vez que las tiene, te dices: ¡ahora sí! Pero aún te falta algo. Pues actualmente, el que quiera ir en bicicleta por ciertas calles habilitada solo para vehículo de motor tendrá que llevar obligatoriamente casco, chaleco reflectante, una luz blanca en la parte posterior y una luz roja en la parte de atrás de la bicicleta, sino te multarían. Ante esto, uno lo acepta, y compraría el casco, el chaleco reflectante y las luces, no solo por obligación sino también por seguridad. Hasta ahí, todo bien. El problema viene ahora, cuando vas andar en bicicleta es cuando uno se da cuenta de los grandes obstáculos que el gobierno ha puesto para que toda persona que quiera desplazarse por bicicleta se resigne a desplazarse mejor por transporte público. ¿Por qué? Varias razones no solo una. Una de ellas es que si vives en una vía inter-urbana, y se da el caso de que para ir al barrio del al lado tienes que ir: o debajo del puente, un lugar oscuro, fúnebre, con poca claridad, donde te encuentras con personas conflictivas; o por el puente, que es donde circulan los coches y no hay un espacio habilitado para que puedan pasar las personas, ni las bicicletas. Uno en un primer momento, optaría por ir por el puente, pero con ello corre el riesgo de ser atropellado por los coches. Por lo que estaría dejando su vida en peligro constantemente al cruzar el puente en bicicleta todos los días. Siguiendo la trama, el sujeto puede tener conciencia del peligro constante al que se expone y protestar ante el tribunal de justicia. Pero también puede ocurrir que aunque tenga conciencia ante el peligro que se expone no protestar y resignarse a ir en transporte público. También como última opción, puedes llevar la bicicleta en el transporte público (metro) siempre y cuando sean las 10:00 am a 12:30 pm o sino esperar hasta las 9:00 pm para poder llevarla. Y está opción última y las anteriores expuesta, deja ver cómo te condicionan a que solo utilices la bicicleta cuando vayas realizar una actividad de ocio, dada la hora que permiten llevarla en el metro. Así queda el desplazamiento en bicicleta para el ciudadano de a pie como una actividad de entretenimiento y no como un trasporte para poder ir al trabajo; queda como una actividad que solo puede acontecer en los parques y ciertos lugares habilitado con carril bici, cuyo carril fue hecho a propósito para poder alejar a las bici fuera de las autopistas, autovías, etc.


Con todo lo dicho, esto solo es un ejemplo de las miles formas de micro-física de poder a la que se expone el ciudadano de a pie del siglo XXI.  ¿Y qué podríamos hacer al respecto? Foucault ya lo había advertido, y lo que propone, es tener una actitud moral y política: “el arte de no ser gobernado a este modo y a este precio”, mejor aún, “el arte de no ser excesivamente gobernado”. Por ello, a todos esas personas que quieran ir en bicicleta, sea el motivo que sea (pero mejor si no es motivado por una actividad de ocio), les digo que no se resignen, que no se dejen vencer, que busquen todas las maneras posible para que no les quiten la libertad de ir cuando quiera y a donde quiera en bicicleta.  Esto solo es un simple ejemplo de cómo los grandes líderes del poder nos manipula. Y si miramos detenidamente cada aspecto de nuestra vida desde que sacamos el primer pie al levantarnos, nos quedaríamos perplejos de tanto control que tienen de nuestras prácticas y rutinas cotidianas hacia nosotros. Y lo peor de todo, es que lo vemos como algo bueno que nadie puede cambiar, ¡intocable! El único fármaco de momento que podría ayudar a qué no nos controlen en cada paso, en cado movimiento que damos, es cuestionarse el porqué de todas las cosas, no resignarse a que tu vida tenga que ser así porque otros lo hayan decido y no por ti mismo, por ello, hay que empezar informándose, y que esa información que recoges sea de nuevo devuelta a otras personas que lo ignoran, así entonces, solo así, a mi juicio, se podría ir desmarañando toda esa micro-física del poder, y así ir escogiendo, separando que formas de poder quiero que estén en mi vida cotidiana. ¿Qué formas de poder vas a elegir?

Andrea Triviño.

LANGDON WINNER. “TÉKHNÉ Y POLITÉIA” (1).


“Ningún aspecto de la tecnología moderna puede ser juzgado neutral a priori”, porque las condiciones de poder, autoridad, libertad y justicia social están ya impregnadas en las estructuras técnicas de la sociedad. Así pues, es necesario buscar una adecuada teoría política de la tecnología. ¿Por dónde empezar?
En las siguientes entradas trataré de analizar y valorar brevemente los tres momentos que conducen al desarrollo de “la constitución de un orden sociotécnico”, así como sus consecuencias y posibles alternativas, siempre en base a lo expuesto en el capítulo “Tékhné y Politéia” de Langdon Winner, un texto muy oportuno en una época en que las implicaciones existentes entre tecnología y política son innegables y, con frecuencia, polémicas.

PRIMER MOMENTO: LA ALEACIÓN. Una mirada al pasado nos revela, en primera instancia, tesis interesantes de la mano de filósofos y políticos como Platón, Rousseau o Jefferson. A todos ellos les une la idea de que “la tékhné sirve de modelo para la política”. Esta idea no me parece siquiera cuestionable. Se trata de un modelo analógico perfectamente válido. Así como se pudo extrapolar el método de la política a las ciencias biomédicas (también en la Grecia antigua, gracias a la labor de Alcmeón de Crotona), no parece descabellado intentar aplicar el modelo de las labores técnicas al campo de la política. De hecho me parece una estrategia muy inteligente. Es algo así como una aleación de dos campos de la acción humana, la técnica y la política, en un sentido determinado (del primero al segundo) para avanzar en este último. Se forja así algo así como una espada de la tecnopolítica; un arma poderosa, sin duda, y difícil de usar correctamente.

SEGUNDO MOMENTO: IR CON CUIDADO. A propósito de la Revolución Industrial renace un debate clásico: ¿es compatible la prosperidad material con la virtud cívica? ¿Puede el modo de producción industrial constituir una amenaza para la forma de ser y el espíritu de un pueblo? De forma intuitiva, responderé afirmativamente a la primera pregunta. La segunda pregunta también merece un claro por respuesta, al menos desde un enfoque marxista. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general, si bien (espero) esto no tiene por qué derivar necesariamente en una degradación del espíritu de un pueblo. El primer “sí” sólo se logrará llevar a la práctica si en los momentos críticos de su historia, el pueblo en cuestión toma una senda equilibrada entre la prosperidad material y las virtudes cívicas mencionadas. Esta senda del equilibrio requiere inteligencia y atención. Metafóricamente, podemos decir que no conviene pegarse a la pared del desfiladero sin dar un solo paso, porque esto conduce a un inmovilismo social y cultural quizá poco recomendable, pero tampoco echar a correr, porque igual caemos colina abajo hacia un horizonte indeterminado de sucesos incontrolables y desconocidos, lo cual supone un riesgo muy importante, digno de ser valorado.

TERCER MOMENTO: LA CAÍDA. Con el tiempo, se llegaron a identificar los resultados de esta mentalidad empresarial con la libertad misma. La abundancia material parecía poder lograr que todos tuvieran lo suficiente y alcanzaran la felicidad. Se empezaron a definir las cuestiones políticas y a gestionar los fines de la democracia desde el punto de vista de la eficacia, con lo cual se dejaron de tratar como parte de un proceso político vivo. Aquí es donde reside el error, en mi opinión, más grave de todos. Vemos que el nuevo modo de producción parece funcionar. Al final del estrecho sendero se vislumbra el horizonte de la felicidad y la libertad. Esta tentación parece hacernos olvidar la preocupación por mantener las virtudes cívicas, la forma de ser/espíritu de nuestro pueblo y de nosotros mismos, etc. El resultado es que tropezamos y lo más que podemos hacer es dejarnos las uñas en un vano acto reflejo, intentando frenar la caída (llámese pagar la enorme deuda estatal, tratar de salvar algún resquicio de la educación pública, de la sanidad…). Eso sí, nuestra mirada sigue aferrándose al espejismo de la prosperidad material, de la libertad, de la felicidad, porque quizá nuestra mente no ha racionalizado aún el hecho de que estamos cayendo hacia lo desconocido.


Gabriel Sánchez Maestro, de Filosofía Política II, grupo 3.


miércoles, 17 de abril de 2013

El miedo


El miedo hace a las personas sumisas y predispuestas a aceptar casi sin oposición medidas que van objetivamente contra sus intereses,es decir, se hace ver a las personas que si no se toman ciertas medidas, la situación agónica por la que están pasando, podría llegar si cabe a empeorar. Esto se hace mediante el uso de la retórica en economía, digo esto, porque como los hechos demuestran, los economistas son  incapaces de prever el futuro, y por tanto simplemente se están dedicando a especular con posibles hechos futuros, transformando sus especulaciones mediante el uso de la retórica, en mensajes de catástrofes inminentes si no se cumplen los dictados de los mercados. Las personas convencidas por esta retórica, no ven otra solución que las que se les presenta, ya que se les presenta como necesaria, aunque esta solución vaya objetivamente en su contra.

No es difícil darse cuenta de esto en el momento de crisis actual, en el cual un político únicamente tiene que colocarse frente a los medios de sumisión (medios de comunicación de masas) y pronunciar:”Esta media es necesaria para la mejora de la economía”, esta frase por sí misma convertirá todo lo que se diga a posteriori en un argumento incontestable.

Actualmente las nuevas tecnologías, están jugando una baza muy importante a la hora de defendernos de la doctrina del shock económico, ya que están permitiendo que las personas estén mucho mejor informadas, y les da una gran capacidad organizativa. Esto no es que lo diga yo, sino que los movimientos como stop desahucios o el 15-M, lo han demostrado con creces, además el hecho que demuestra esto con más fuerza es el miedo que ha generado en la clase dirigente. Este hecho lo podemos apreciar viendo las sanciones que pretenden establecer contra aquellos que organicen protestas y manifestaciones a través de la red. La red es un campo tan basto que a ellos se les escapa de las manos, y esto les genera miedo. Ahora el miedo puede cambiar de bando.
Como dice Naomi Klain al final del documental: "Si queremos políticas contra la crisis, que hagan de este mundo un lugar mas sano, justo y pacífico, tendremos que salir ahí fuera y obligarlos".

Adrián Balaguer Calderón

Bibliografía:

Salvados- Entrevista a Jose Luís Sampedro
Naomi Klain-Doctrina del shock 

lunes, 15 de abril de 2013


Comentario sobre la crítica al poder de Foucault

Desde el comienzo del siglo XIX, lo que el poder intenta es que ajustar el individuo. El sistema juridico tiene en vista menos la defensa general de la sociedad, y mas el control psicológico y moral de los individuos, por parte de los instituciones de la sociedad. Por ejemplo, desde los últimos 50-100 años, no se trata de castigar el criminal en una manera mas útil para la sociedad entera, sino que ajustar la personalidad del criminal. Junto con esta mentalidad, se ha desarollado una gran red de instituciones no judiciales, para mantener lo que es “saludable” para la sociedad – es decir, que, mediante la policia para la vigilancia y instituciones psicológicas, psiciatricas, médicas, pedagógicas etc. para la corrección, controlar y formar los individuos en una cierta manera. Ya no trata de castigar las infracciones de los individuos a la sociedad, sino que reformar y controlar las virtualidades del individuo – lo que Foucault llama la sociedad disciplinariaHoy en dia, según Foucault, vivimos en estas sociedades disciplinarias o en formas de sociedades las que Bentham llamaba Panópticos – es decir, sociedades controladas mediante todavia más vigilancia (podemos ver el desarollo continuamente; por ejemplo con la introduccion de la vigilancia de las videocámaras en casi todo el espacio público, o con la vigilancia digital del internet). Ellos quien vigilan a algunos otros, van a obtener un saber sobre aquellos a quienes vigilan – y por eso, también van a obtener un poder sobre aquellos, da igual si van a ejercerlo o no. Podemos buscar esta forma de “saber-poder” en todas las partes de la sociedad moderna, porque nuestra sociedad es una sociedad fundado en instituciones y empresas; y todos mis datos, preferencias, tendencias etc., están vigilado y controlado por las instituciones públicos (datos, salud, educación etc.) o por empresas y companías quien están vigilando mis preferencias, tendencias etc., para construir nuevos productos y necesidades cuales les pueden venderme.

Si yo lo se o no, yo entro y encuentro nuevo relaciones de poder todo el tiempo: tanto del poder de las instituciones o de las empresas, como la relacion del poder entre mi profesor y yo, o de él entre mi padre y yo – donde hay gente, hay poder y relaciones de poder, siempre. Lo que ha pasado en nuestra sociedad moderna, es que las relaciones del poder son mas subtíles y las diferentes formas de poder más difícil que definir – aunque no son menos poderoso. Al contrario, el poder que tiene instituciones y empresas, aunque no es necesariamente un poder físico o jurídico, es más grande que normalmente imaginamos. 

No creo, personalmente, que podemos volver a una sociedad con instituciones o empresas menos poderoso – no podemos recrear el pasado y tampoco las sociedades del pasado. Pero lo que podemos hacer es que mantener (o crear, dependiente del punto de vista) una forma de equilibrium entre estas instituciones y empresas, para asegurar que ningún aislado institucion o empresa va a obtener un poder ilimitado o irreversible. Hay que tener una mentalidad crítica sobre las instituciones y empresas, y que saber lo que está desarollando a tu alrededor. Información y educación son cosas fundamentales, donde hay que empezar – pero es igualmente fundamental que se puede distingüir entre educación y manipulación.

- Nicolai Narvestad 

domingo, 14 de abril de 2013

Descentralización y Mitoinformación.

El capítulo sexto (<<Mitoinformación>>) del libro de Langdon Winner “La ballena y el reactor” concluye con la siguiente frase: “Y nadie tendrá que mover un dedo”.
El propósito con el que escribo este artículo será el de desvelar la oposición total al sentido de aquella afirmación.





Descentralización
El deseo que se imprime bajo el concepto de “descentralización”, referido al ámbito político, es el de imaginar una sociedad organizada  con un mayor número de centros desde los que se haga política social. Esta idea ha sido defendida por algunas facciones de la izquierda política, y nunca ha llegado a tener verdadera repercusión.
Sin embargo, no deja de constituir una alternativa a los modelos de organización de los Estado-naciones modernos.
Los partidarios de esta propuesta, como Langdon Winner, tienen la sospecha de que la tendencia que sigue la tecnología moderna es reducir el número de centros en los que se ejercita el control.
En nuestra vida cotidiana dependemos de sistemas que no producimos ni sabemos repararlos cuando se rompen. La gente común, en el sistema capitalista, tiene dibujado un horizonte de consumo personal ilimitado, pero en cambio, no tiene forma de controlar los centros de producción (que muchos representan la centralización en forma material).
No tenemos influencia en el <<progreso>> tecnológico, y además parece que hemos delegado demasiado poder en las instituciones políticas. Los sentimientos que hay en el ciudadano de a pie son apatía y desvinculación hacia esas noticias públicas que aparecen por televisión, porque sólo se les requiere cada cuatro años para ir a votar, pero luego no pueden responsabilizarse de los problemas de la nación ni establecer un diálogo con los representantes que han elegido.
Descentralizar la política constituiría un gesto revolucionario si la sociedad aumentara el número, y la accesibilidad, a los centros locales de administración pública en los que se toman decisiones. Volver la democracia más participativa, esto es: descentralizarla, quiere decir, devolver autonomía y confianza a los ciudadanos para manejar los asuntos públicos y emprender acciones políticas, que sus ideas no sean papel mojado en una charla de café. Convertir a los ciudadanos en un centro de poder.
En mi opinión, pensar que somos esferas de acción independientes, ajenos al sistema en que vivimos, y que no se puede hacer nada por cambiar las cosas, genera alienación, que nos queramos desentender de la vida pública (como si la privada no dependiera de esta), y soñemos con ir a vivir al Jardín de Epicuro. Trastornados por la falsa creencia de que la sociedad tecnológica capitalista tiene una dinamis interna imparable.
                                                   
Mitoinformación
Langdon Winner señala que, en muchos artículos sobre los ordenadores y la sociedad, se dice que estamos ante <<la revolución del ordenador>>, o en la era de la información y la microelectrónica. Esto se debe a que los sistemas de información electrónica están entrando en todas las áreas de la práctica humana.
 Pero analizando más detenidamente el término “revolución” deberíamos preguntarnos por los fines a los que nos guiará esta revolución. Si supondrá un cambio en la localización del poder, si tiene un compromiso con un conjunto de ideales sociales, o si conlleva la victoria de una clase sobre otra.
En el mundo de la ingeniería informática y el marketing de los ordenadores no son frecuentes estas preguntas, porque están demasiado ocupados persiguiendo sus propios objetivos: “ganancias, cuota de mercado, el intrínseco goce de la invención, la recompensa intelectual de la programación”. Pero de poco tiempo disponen los miembros de la industria informática para plantear el significado histórico de su propia actividad. Los revolucionarios del pasado (Robespierre, Lenin, Mao) si reflexionaron sobre los hechos históricos mundiales que promovieron. No ocurre lo mismo con los líderes del área de la informática (Robert Noyce, Marvin Minsky y Steve Jobs).
“La revolución de los ordenadores mantiene silencio sobre sus propios fines”.

Langdon Winner llama “Mitoinformación” a las creencias que defienden que con un ordenador personal, funcionando como gran igualador, se tendrá más influencia política, y que el fácil acceso a la información electrónica mejorará la vida humana.
En el sentido político no hay un vínculo positivo entre el conocimiento y el poder, el conocimiento aporta impotencia cuando se sabe lo que hay que hacer pero no se tienen las herramientas para actuar.
Los entusiastas de la informática ven crucial que la información fluya por las redes. Pero da igual que nos abastezcan de información si no se nos ha enseñado a qué hacer con ese conocimiento, si no se potencia la mente humana con educación.
La democracia no se fundamenta (principalmente) en la distribución de información y sí en reconocer que las personas son capaces de autogobernarse y tener derecho a gobernar. Por eso, el principal objetivo de la sociedad política debería ser tener instituciones que permitan la participación democrática.
Es un error pensar, y aquí estoy totalmente de acuerdo con L. Winner, que las máquinas de información estimularán el interés por la actividad política.
La recepción pasiva de noticias, hace que te forjes tus ideas de manera solipsista, pero no te invita a compartirlas ni a discutir con los miembros de tu comunidad sobre qué decisiones hay que tomar.  La dura realidad es que no tenemos la experiencia de hacer política ni en nuestros distritos.
El papel de los sistemas electrónicos en la vida social no promueve un contacto directo con la gente a través de reuniones, comidas o fiestas. Ni incentiva el trabajo conjunto de las personas para perseguir fines políticos comunes.
Disponer de ordenadores de bajo coste no alterará el equilibrio de poder, ni se conseguirá la descentralización antes expuesta. No puede haber una democracia de máquinas. Los que se benefician de que compremos un ordenador, son las empresas multinacionales, y las burocracias para seguir teniendo el control. Y si hay una revolución informática seguramente tenga un carácter conservador.

L. Winner lucha contra la idea de los que sugieren que la buena sociedad se obtendrá como consecuencia de la abundancia material de dispositivos informáticos. Más bien, el progreso, aquí concretado como control político descentralizado e igualdad social, ocurrirá por los muchos esfuerzos que tendrá que realizar la ciudadanía para lograr sus fines, que no se podrán quedar en casa sin mover un dedo.

sábado, 6 de abril de 2013


<<Saber es poder>>. El poder en Foucault.

                                                                
Platón imaginaba una república gobernada por los sabios, por el rey filósofo. Aquellos que más han estudiado, y que tienen la mejor formación son los que deben tener la autoridad. Y reforzaba su propuesta con una teoría antropológica sobre la naturaleza del alma humana. Vaya, qué casualidad que quien tuviera el alma de oro fuese la clase dirigente. Porque los dirigentes, quienes marcan los fines de la sociedad, necesitan servirse de instrumentos de autolegitimación para llevar a cabo sus actuaciones políticas, o simplemente para mantener el orden o jerarquía que ellos quieren.
Esos instrumentos, a lo largo de la historia, han sido representados por la medicina, la ciencia, la religión, el derecho, etc. Y ahora, en la época científico técnica que vivimos, tienen un poder de manipulación muy significativo los medios de comunicación.
El poder tiene los medios de comunicación, y con ellos impone su verdad. Me gustaría señalar que la comunicación de los medios es especial porque es unidireccional, no se les puede contestar, no hay dialogo ni se les puede replicar. Nos convierten en receptores pasivos, conciencias que hay que moldear introduciendo creencias, ideas, imágenes, falsas necesidades…
Como dice Nietzsche: “no hay hechos, hay interpretaciones”, y el poder impone la suya, impone su verdad.

A mediados del siglo XX, el filósofo francés Michael Foucault, investiga y localiza los medios desde los cuales se ejerce efectivamente el poder, da con los tentáculos de la medusa que precisamente la hacen tan peligrosa. La idea es que el poder no está localizado en las manos del gobierno, sino que se apoya en un numero de instituciones para que las decisiones se apliquen, se obedezcan y se castigue a quien las desobedezca.
Foucault señala que la universidad, los psiquiatras, y la justicia, -aparentemente neutrales- son herramientas del poder de clase, y es una tarea importante criticarlas para desenmascarar esa falsa neutralidad.
La desobediencia civil nuestra sociedad la castiga con la marginalidad, mandándote a las zonas grises del sistema, ocultas al resto de ciudadanos para que se olviden y “no den problemas”. Pero no todas las personas que han ido a la cárcel son asesinos psicópatas, algunos sólo ejercían una libertad de expresión que en su régimen no permitían, o eran presos de conciencia.
Uno de los problemas de nuestra sociedad que me hace reflexionar, es el peligro de la especialización en el ámbito profesional y de la educación, ya que nadie puede discutir contra quien tiene el monopolio del saber. Si sólo hay una compañía en el mundo de teléfonos móviles, ésta podrá poner el precio que le dé la gana a sus productos. De igual forma, si es sólo la figura del psiquiatra el que tiene potestad para determinar quien está loco o no, se le concede una vara de poder autocrática con la que puede cometer abusos. Lo mismo ocurre con el juez, que puede dictar una sentencia claramente injusta y es dificilísimo pararlo.
Los individuos cuyo comportamiento sale de la norma exigida se amontonan en las cárceles y en los psiquiátricos. La sociedad, racional, disciplinaria, que domina a los hombres, aparta de sí aquello que es diferente, y es que “la locura es el mayor cuestionamiento de la razón”.

En el debate que se hizo en 1971, Noam Chomsky versus Foucault,  el primero quiere dibujar el horizonte hacia el que queremos ir, él apuesta por el anarcosindicalismo: un sistema federado, descentralizado, de asociaciones libres, que incluya instituciones sociales y económicas, y que permita que la naturaleza humana (entendida como creatividad, libertad, dignidad) se realice. Foucault, es tremendamente crítico con la posibilidad de definir la naturaleza humana, porque ve que puede ser otro instrumento de opresión de clase, ya que la definición la damos desde dentro de nuestra cultura, (varón blanco, europeo, con una determinada educación, etc).
En mi opinión, las dos posturas son necesarias. En primer lugar, la labor de crítica de nuestra propia sociedad en la que incide Foucault, para hacerla más transparente, saber cómo funciona  aquello que ya utilizamos, porque todos tenemos en mente la idea intuitiva de que “saber es poder”, lo que quiere decir, que cuando tenemos conocimientos somos menos manipulables y las personas tienen una actitud más responsable y autónoma. En segundo lugar, de acuerdo con Chomsky, veo necesario saber a qué aspiramos, hacia qué dirección nos encaminamos, cuál es la alternativa que proponemos para que la crítica sea algo constructivo y nos pongamos “manos a la obra”.
Sartre dice: “cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”.  Esto yo lo entiendo como que es cierto que uno puede decidir qué hacer con su vida, pero <<no me de la libertad para volar, deme alas>>.  La libertad de elección está claramente condicionada por las capacidades, por las oportunidades que tenemos en la vida. Y por eso es tan importante tener una sociedad que garantice los derechos sociales, que todos tengamos acceso a las mismas cosas, y que cada uno tenga posibilidades reales de hacer con su vida lo que quiera.


                                                                                                                                          Diana López de Castro.

viernes, 5 de abril de 2013

El caballo de Troya "al revés" al revés

Cómo una estrategia para intentar minar la razón tecnológica puede ayudar a perpetuar la lógica neoliberal



En el artículo El caballo de Troya al revés, Ramón Queraltó comete, según mi punto de vista, un error al tratar la racionalidad tecnológica como la dominante en el ser humano de hoy en día. Es obvio que la tecnología juega cada vez más un papel más destacado en la sociedad. Pero una razón más amplia y totalizadora es la racionalidad neoliberal, la nueva razón del mundo como señalan C. Laval y P. Dardot en su libro La nueva razón del mundo. En el análisis que hace el libro de la sociedad neoliberal juega un papel importante el concepto de gubernamentalidad de M. Foucault, “el encuentro entre las técnicas de dominación ejercidas sobre los otros y las técnicas de sí”. Debido a esta gubernamentalidad se puede ver una de las problemáticas que encuentro en la estrategia que propone Queraltó en su artículo.

La nueva racionalidad neoliberal tiene como caracteristica un cambio en el modo de comportarse tanto los Estados como los propios individuos, adoptando ambos grupos la racionalidad de las empresas, la de la competitividad extrema. Los Estados han pasado a formar parte de una carrera por financiación externa donde compiten entre ellos ofreciendo a las multinacionales condiciones muy favorables. Además la razón de ser de los Estados pasa a ser la creación de situaciones de competencia, donde ellos mismos compiten con la empresa privada en la oferta de servicios a la población; el Estado como empresa lanzada a la competición mundial pero además como creador de mercados libres, creador del marco de posibiliad de esa competición. No siendo así que los mercados hayan conquistado los Estados y estos estén sometidos a la lógica de aquellos, sino que han sido los mismos Estados los que han creado este sistema de normas neoliberales por medio de práctica gubernamentales y políticas institucionales muy determinadas. Estas políticas las podemos ver en la caótica Unión Europea, con un sistema basado en tres aspectos enlazados entre sí: constitucionalización de la competencia y de la regla de oro presupuestaria, federalismo ejecutivo que consagra la primacía de lo ingubernamental y secundariedad de los derechos. Este sistema que ahora se ve sometida a una presión especulativa de los inversores privados en el mercado de la deuda pública y a la presión de las agencias de calificación; y que han llevado a una precariedad cada vez más patente a la mayor parte de la sociedad.

Pero la lógica neoliberal no se detienen en la creación de esos marcos de acción estatal y empresarial, la razón neoliberal permea hasta el ser humano creando una subjetividad contable y financiera, como la llaman Laval y Dardot, donde “se trata de producir una relación del sujeto individual consigo mismo que sea homóloga a la relación del capital consigo mismo: una relación del sujeto con él mismo como capital humano que debe aumentar indefinidamente”. Haciendo creer a las  personas que están en perpetua competición con los demás y consigo mismo, viéndose a sí mismos como emprendedores que en cada aspecto de su vida han de invertir para ganar; es donde el capitalismo consigue una victoria muy difícil de combatir. Esta lógica lleva asociada un individualismo radical, ahora los trabajadores son controlados por sistemas tecnológicos que velan por la eficiencia; consiguiendo así que los asalariados se vean llamados a mejorar sus resultado individuales constantemente, en un carrera con su compañero-rival en pro de un aumento del valor accionarial de la empresa.

Y es en esta concepción del sujeto como capital humano que debe incrementarse cada vez más, donde se ve por qué el caballo de Troya ético propuesto por Ramón Queraltó resulta bastante ineficaz. La ética no puede ser un elemento más de esa lógica neoliberal pues ya no se trata de combatir ciertas teorias falsas o de conductar inmorales que haya que cambiar mediante ese caballo; es el marco normativo lo que hay que sustituir por otra razón mundial. La ética no debe beneficiar el crecimiento perpetuo, no debe  justificarse por él, debe acabar con él y desde luego se ha de empezar por los sujetos mismo en tanto que portadores de la razón neoliberal. Es aquí donde juegan un papel muy importante los movimientos sociales como el 15M, la PAH... Hay que cambiar los fundamentos de las personas para cambiar los fundamentos del Estado y la empresa, y posteriormente hacer un proceso constituyente. Para ello la tecnología está jugando un papel fundamental a la hora de organizar y coordinar pensamientos y acciones comunes; alejando la razón tecnológica de creación por la creación que tanto ayuda a la lógica neoliberal. Separemos la lógica tecnológica, englobada en la razón neoliberal, de la tecnología para poder crear una nueva lógica mundial donde la ética sea la protagonista y la tecnología y la ciencia las aliadas para mejorar el bienestar de la sociedad y no sólo los beneficios de los accionistas y la alienación de los individuos.


Pedro Pinilla Plaza