Langdon Winner

viernes, 5 de abril de 2013

El caballo de Troya "al revés" al revés

Cómo una estrategia para intentar minar la razón tecnológica puede ayudar a perpetuar la lógica neoliberal



En el artículo El caballo de Troya al revés, Ramón Queraltó comete, según mi punto de vista, un error al tratar la racionalidad tecnológica como la dominante en el ser humano de hoy en día. Es obvio que la tecnología juega cada vez más un papel más destacado en la sociedad. Pero una razón más amplia y totalizadora es la racionalidad neoliberal, la nueva razón del mundo como señalan C. Laval y P. Dardot en su libro La nueva razón del mundo. En el análisis que hace el libro de la sociedad neoliberal juega un papel importante el concepto de gubernamentalidad de M. Foucault, “el encuentro entre las técnicas de dominación ejercidas sobre los otros y las técnicas de sí”. Debido a esta gubernamentalidad se puede ver una de las problemáticas que encuentro en la estrategia que propone Queraltó en su artículo.

La nueva racionalidad neoliberal tiene como caracteristica un cambio en el modo de comportarse tanto los Estados como los propios individuos, adoptando ambos grupos la racionalidad de las empresas, la de la competitividad extrema. Los Estados han pasado a formar parte de una carrera por financiación externa donde compiten entre ellos ofreciendo a las multinacionales condiciones muy favorables. Además la razón de ser de los Estados pasa a ser la creación de situaciones de competencia, donde ellos mismos compiten con la empresa privada en la oferta de servicios a la población; el Estado como empresa lanzada a la competición mundial pero además como creador de mercados libres, creador del marco de posibiliad de esa competición. No siendo así que los mercados hayan conquistado los Estados y estos estén sometidos a la lógica de aquellos, sino que han sido los mismos Estados los que han creado este sistema de normas neoliberales por medio de práctica gubernamentales y políticas institucionales muy determinadas. Estas políticas las podemos ver en la caótica Unión Europea, con un sistema basado en tres aspectos enlazados entre sí: constitucionalización de la competencia y de la regla de oro presupuestaria, federalismo ejecutivo que consagra la primacía de lo ingubernamental y secundariedad de los derechos. Este sistema que ahora se ve sometida a una presión especulativa de los inversores privados en el mercado de la deuda pública y a la presión de las agencias de calificación; y que han llevado a una precariedad cada vez más patente a la mayor parte de la sociedad.

Pero la lógica neoliberal no se detienen en la creación de esos marcos de acción estatal y empresarial, la razón neoliberal permea hasta el ser humano creando una subjetividad contable y financiera, como la llaman Laval y Dardot, donde “se trata de producir una relación del sujeto individual consigo mismo que sea homóloga a la relación del capital consigo mismo: una relación del sujeto con él mismo como capital humano que debe aumentar indefinidamente”. Haciendo creer a las  personas que están en perpetua competición con los demás y consigo mismo, viéndose a sí mismos como emprendedores que en cada aspecto de su vida han de invertir para ganar; es donde el capitalismo consigue una victoria muy difícil de combatir. Esta lógica lleva asociada un individualismo radical, ahora los trabajadores son controlados por sistemas tecnológicos que velan por la eficiencia; consiguiendo así que los asalariados se vean llamados a mejorar sus resultado individuales constantemente, en un carrera con su compañero-rival en pro de un aumento del valor accionarial de la empresa.

Y es en esta concepción del sujeto como capital humano que debe incrementarse cada vez más, donde se ve por qué el caballo de Troya ético propuesto por Ramón Queraltó resulta bastante ineficaz. La ética no puede ser un elemento más de esa lógica neoliberal pues ya no se trata de combatir ciertas teorias falsas o de conductar inmorales que haya que cambiar mediante ese caballo; es el marco normativo lo que hay que sustituir por otra razón mundial. La ética no debe beneficiar el crecimiento perpetuo, no debe  justificarse por él, debe acabar con él y desde luego se ha de empezar por los sujetos mismo en tanto que portadores de la razón neoliberal. Es aquí donde juegan un papel muy importante los movimientos sociales como el 15M, la PAH... Hay que cambiar los fundamentos de las personas para cambiar los fundamentos del Estado y la empresa, y posteriormente hacer un proceso constituyente. Para ello la tecnología está jugando un papel fundamental a la hora de organizar y coordinar pensamientos y acciones comunes; alejando la razón tecnológica de creación por la creación que tanto ayuda a la lógica neoliberal. Separemos la lógica tecnológica, englobada en la razón neoliberal, de la tecnología para poder crear una nueva lógica mundial donde la ética sea la protagonista y la tecnología y la ciencia las aliadas para mejorar el bienestar de la sociedad y no sólo los beneficios de los accionistas y la alienación de los individuos.


Pedro Pinilla Plaza


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