Langdon Winner

jueves, 28 de marzo de 2013

BIOPOLÍTICA Y NEOLIBERALISMO.


En “Biopolítica, liberalismo y neoliberalismo: acción política y gestión de la vida en el último Foucault”, el profesor Pablo López Álvarez de la Universidad Complutense explica algunas de las nociones centrales de la filosofía política de este autor. Fijaré mi atención en las de biopolítica y neoliberalismo.
Para comprenderlas hay que señalar antes qué tipo de cambio supuso el tránsito de la llamada “razón de Estado” al “liberalismo”. Se pasó de un método en el que el gobierno ejercía un condicionamiento exhaustivo en casi todos los ámbitos (un método disciplinario), a otro en que el gobierno se concibe más bien como un residuo jurídico necesario y suficiente.
Posteriormente el neoliberalismo, sistema caracterizado por la llamada “razón de mercado”, sugiere desde la tercera década del s.XX y especialmente tras la Segunda Guerra Mundial una inversión del problema económico. La cuestión ahora es ¿cómo surge el Estado en este ámbito gobernado por las leyes naturales que guían al mercado? Así, nos embarcamos en un proyecto de teología negativa del Estado como un mal absoluto, en términos de Foucault.  El Estado sólo se encargará ya de evitar los monopolios; si acaso, estará en sus manos poner en marcha acciones reguladoras y ordenadoras, pero que no interfieran directamente en el campo económico. Y por último, desarrollará una política social orientada no tanto al bienestar o al consumo generalizado, sino exclusivamente al crecimiento económico.
El dispositivo neoliberal de gobierno tiene forma de empresa y comprende que cada individuo tiene un capital en sí mismo (su fuerza de trabajo) que ha de invertir para subsistir. Es la teoría del capital humano propuesta por T. Schultz y G. Becker durante los años 50 y 60 del siglo pasado, según la cual el salario, ligado a la productividad y no ya a la función del trabajador, es la renta por el alquiler de un capital (así, todos somos empresarios de nosotros mismos, y cada uno tiene que procurarse su propio bienestar). Proponen la sustitución del trabajo estable por la empleabilidad, la concepción del trabajador como un cliente interno, y por supuesto exalta los valores del individualismo y la competencia. Además el “dejar morir” es algo propio de este sistema gubernamental, aunque nunca lo confiesa abiertamente ni es algo integrado de forma explícita en su aparato teórico.
Por otro lado, Michel Foucalt define biopolítica como el estilo de gobierno que regula la población mediante el biopoder (la aplicación e impacto del poder político en todos los aspectos de la vida). Pablo López observa el giro foucaultiano desde la noción de biopolítica al análisis de la gubernamentalidad neoliberal, y en base a ello propone una serie de “indicadores tácticos” para la noción de biopolítica, que me han parecido muy oportunos:
a)       Restituir la noción de biopolítica para una concepción del trabajo propia del neolibealismo.
b)       Pensar la biopolítica como histórica y políticamente determinada.
c)       Intentar superar el “modelo de empresa” buscando nuevas formas de actuación política.

1 comentario:

  1. Creo que el modo en que el profesor Pablo López aborda la cuestión de la biopolítica para el modelo de capitalismo avanzado vigente nos puede ser muy útil, por eso he escogido este texto sobre Foucault. Con su lectura he comprendido mejor cómo hemos llegado a la sociedad tecnológica de Queraltó, y cómo la corporación tiene el poder que tiene. La clave es la introducción de los valores que van de la mano del sistema gubernamental liberal, competencia e individualismo.

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