Langdon Winner

jueves, 7 de marzo de 2013

Documental la corporación - Instituciones o Psicópatas


A nadie le pasa inadvertido el gran poder de las denominadas corporaciones. Sin embargo me atrevería a afirmar que el porcentaje de los que conocen su verdadero alcance –dentro del cual no me incluyo– es mínimo. Una corporación puede depositar su granito de arena en el gran desierto que forma aquel hito del bienestar de la sociedad mundial globalizada. También puede –a la vista queda en el documental– colocar peñascos que dificultan el avance de sociedades menos desarrolladas, contribuir a la tan preocupante como creciente desigualdad económica y atentar contra ese hábitat en el que nos movemos y que llamamos Tierra.

Ahora bien, ¿de qué depende que una empresa lleve a cabo un papel u otro? ¿Depende de su director general? ¿Está condicionada por el mercado? ¿Se le puede exigir responsabilidades (tanto al propietario como a la empresa en cuanto "persona jurídica"? ¿Es tan grande la opresión del mercado que hace inviable una empresa donde la máxima principal no sea la del máximo beneficio, o qué ésta esté acotada? Parece que si uno no persigue la mayor rentabilidad queda automáticamente fuera del terreno  de juego. Pero el mercado puede afectar de dos maneras: o haciendo que si no sigues sus reglas y priorizas ante todo tus cuentas resulte del todo imposible mantener a flote una corporación; o poniendo las condiciones suficientes para que le resulte imposible a cualquier humano por entero que sea no buscar exclusivamente su propio beneficio al ocupar el sillón de propietario. El primero parece un problema económico, mientras que el segundo se asemeja más a  un problema antropológico. El segundo parece tener una mayor connotación filosófica. Se pone en liza la celebérrima concepción hobbeseana del homo homini lupus. ¿Qué tiene que tener un hombre para poder rechazar un gran beneficio económico a cambio de respetar los derechos de otras personas? ¿Es posible un hombre así? En caso afirmativo, ¿puede un hombre así coexistir con el mercado actual?

2 comentarios:

  1. En mi opinión, ese modelo de persona incorruptible y honrada no cabe en el mercado actual, tal y como está pensado. Creo que sería necesaria una redefinición previa del mercado y de las corporaciones para que ese individuo tuviera un lugar en las mismas. Tal redefinición está en manos de todos, del esfuerzo que pongamos en ello. Aunque quizá muchos no seamos especialmente honrados, estoy seguro de que esta tarea llevada a la práctica constituiría un avance importante.
    Un saludo.

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  2. Al igual que Gabriel pienso en la necesidad de redefinir el mercado, sin embargo, no creo que esto sea posible sin un choque violento y revolucionario que parte primero de una previa concienciación. La historia nos enseña que los grandes cambios sociales siempre se pagan con sangre.

    ¡Un saludo!

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