En el sistema en el que vivimos, sistema democrático parlamentario, los gobernantes son elegidos por sufragio universal, dichos gobernantes son elegidos con el fin de servir a la población que tienen bajo su "protección", defendiendo sus intereses y necesidades en la medida de lo posible, sin beneficiar exclusivamente a un grupo o colectivo reducido de personas. Los gobernantes por lo tanto deben tener una mirada amplia y tener en cuenta las muy diversas perspectivas con el fin de conseguir una buena gestión en todos los ámbitos de la vida y así garantizar el bienestar y los servicios básicos a la población.
Con el fin de vivir en sociedad y así poder garantizar la seguridad y el bienestar de los individuos de dicha sociedad, esta debe servirse de unas leyes básicas con el fin de resolver y evitar conflictos, por lo tanto las leyes deben estar, pero es necesario para prevenir conflictos sociales que se garantice un cierto nivel de vida y una educación diga, ya que vemos que cuando estos 2 factores no se cumplen, aumenta la delincuencia, el conflicto social y la desesperación de la población, lo que conlleva a su vez a un debilitamiento de las instituciones y una perdida de confianza en el sistema.
Este debilitamiento de las instituciones se hace visible en el aumento desorbitado de leyes escritas, un aumento desorbitado de leyes escritas y que a su vez van cambiando constantemente conllevan a un fracaso porque las leyes que no están escritas (sí están escritas, pero sin haberlas visto sabes que existen) son leyes básicas de respeto mutuo y convivencia que han sido logradas gracias a la educación. Un aumento desmesurado de leyes, que además van "bailando" en función del gobierno que se encuentre en el poder (podemos poner un ejemplo claro que es el tema de la educación, que lleva cambiando el sistema educativo desde hace no se cuantos años), es malo para la población y genera descontento, ya que con cada ley que se aprueba se pretende cambiar la forma de vida de la población, ya que en mayor o menor medida afecta a su día a día y no es justo que la gente este obligada a la fuerza o por miedo a que cambie sus formas de vida cada vez que a un gobernante descerebrado se le pase una idea por la cabeza.
Dichos gobernantes, muy doctos en lo que a las leyes se refiere, son unos ignorante en lo referente a la vida de las personas y en las repercusiones sociales que pueden tener dichas leyes.
Adrián Aceituno García.
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