Langdon Winner

jueves, 13 de junio de 2013

La necesidad de un nuevo enfoque ético.

Hoy en día la tecnología ha desembocado en una dinámica de continua innovación irrefrenable. Todo este proceso de innovación tecnológica constante esta guiado por una racionalidad tecnológica que busca esencialmente la eficacia pragmática operativa, es decir, la eficacia instrumental y operacional de dichas innovaciones.

La racionalidad tecnológica se pone en marcha a sí misma y solo puede crecer y seguir aumentando ya que la auto-expansión le es constitutiva al estar guiada por su dirección pragmática. Esta racionalidad tecnológica transforma y manipula continuamente la realidad mediante las innovaciones que introduce y esto afecta también a la sociedad, hasta tal punto que hoy en día nos movemos en una sociedad regida por esta racionalidad tecnológica de carácter pragmático.

En el artículo de Ramón Queralto “el caballo de Troya al revés” se plantea el hecho de que, dada esta situación en la que nos encontramos, donde se ha adoptado la dinámica pragmática de la racionalidad tecnológica, la sociedad, al igual que la tecnología, se deshace y se enfrenta a todo lo que impida o dificulte el normal desenvolvimiento de su dinámica de expansión y crecimiento y la consecución de su utilidad. Esta actitud de primacía de la práctica sobre la teoría afecta directamente a la concepción de la ética tradicional.

Hasta la fecha la ética venía siendo de carácter teórico (sobre todo con Kant), pero hoy en día esta postura es ineficaz dado el cambio prioridad entre teoría y práctica en el que la eficacia pragmática se ha impuesto a la teoría. Una ética teórica se enfrentaría de forma directa a esta racionalidad tecnológica y tendría todas las de perder dada la naturaleza de esta racionalidad. Por lo tanto es necesario introducir un nuevo criterio ético que atienda a criterios de practicidad y a la consecución de un fin determinado (como puede ser la felicidad). 

Esta nueva ética no plantaría cara a la racionalidad tecnológica, sino que se introduciría en su mismo campo, y según sus mismas estrategias, para enriquecerla y colaborar con ella. De este modo esta ética pragmática se presentaría como una forma eficaz de lograr los fines tecnológicos y sociales. La única forma eficaz de introducir la ética en la racionalidad tecnológica es haciendo que esta sea un medio constructivo y deseable en vez de ser el elemento limitador y conflictivo del sistema tecnológico y social.


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